La leche materna es un codiciado alimento natural que
se está convirtiendo en una industria inesperadamente despiadada en los Estados
Unidos, según un reporte de AP.
Las autoridades tratan de mediar en el conflicto por
el control del alimento, entre los bancos sin ánimo de lucro y las entidades
que buscan ganancias y la suministran a unidades neonatales.
El valor de una onza (33 mililitros) llega
hasta los 4 dólares, pero se calcula que podría venderse por un precio 400
veces mayor al del petróleo, y 2,000 veces superior al del mineral de hierro.
Se asegura que si se ofreciera en tiendas,
costaría más de 150 veces el precio de un galón (3,8 litros) de leche de vaca,
y 15 veces más que el café.
El debate entre las organizaciones de ambos bandos
gira en torno a qué procesos producen una leche más segura para los bebés
prematuros en unidades neonatales de cuidados intensivos.
Por lo general estos bebés necesitan recibir
directamente la leche si una madre tiene problemas para producirla y o si el
niño tiene dificultades para succionarla del seno.
En el caso de los grupos sin ánimo de lucro plantean
que la distribución debe ser altruista, mientras que las empresas afirman que
las madres donantes merecen una compensación.
En EEUU hay dos empresas con fines de lucro y pronto
habrá tres, así como una organización con fines caritativos que supervisa 15
bancos de leche en el país y otros tres en Canadá.
Las organizaciones sin ánimo de lucro dicen que
respetan el derecho de las madres a vender su leche, pero cuestionan la
motivación de ganancias de empresas como Medolac, Prolacta y el International
Milk Bank.
La competencia también se enfoca en cómo se procesa
la leche, para reducir la contaminación. Medolac, por ejemplo, destaca que
emplea un proceso de esterilización que acaba con posibles contaminantes.
Las organizaciones sin ánimo de lucro utilizan un
método de pasteurización y después congelan la leche antes de enviarla a los
hospitales, según la asociación sin fines de lucro.
Pero las partes también tienen puntos comunes: falta
leche para hospitales y unidades de cuidados intensivos y es importante que la
leche sea examinada en busca de bacterias, fármacos o adulteraciones.
Entre las madres también existe una gran diversidad
de opiniones sobre los bancos de leche, pero lo que está cambiando es la
disponibilidad de opciones a medida que el sector madura.
Mientras tanto, legisladores en Nueva Jersey y
Michigan estudian nuevas leyes que otorguen licencias. En California, Maryland,
Nueva York y Texas ya hay normas al respecto.
Fuente: noticias.univision.com
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